Al parecer ahora hay dos. Peña Nieto, el que siempre nos vendieron como delantero, y Andrés Manuel, quien ha subido en popularidad y representa además el ‘voto útil’.
Quizá por eso en el debate de este fin de semana ambos se notaron distantes. Ni uno de los dos arriesgó. Cual punteros, sólo contestaron unos cuantos ataques de Josefina.
Ni Peña habló sobre el pase de charola de los colaboradores de López Obrador, ni el Peje le sacó lo de Televisa a Enrique.
Si los dos, en teoría, van arriba en las preferencias ¿no era la oportunidad para despegarse del otro?
Ninguno ‘ganó’ el debate, eso me queda claro. Chepina y “Quadro” lucieron más. Lástima que están al fondo de la competencia. Gracias por participar, se lee por ahí.
Al final del día, por más primer lugar que se sientan, uno de los dos (Obrador y Peña) quedará abajo. ¿Cierto?
Ahora, ya conocemos a Andrés Manuel. Un día dice que sí habrá fraude, otro, que siempre no porque tendrán observadores. Si las votaciones finales no le favorecen ¿qué porcentaje lo considerará fraude y cuánto no?
¿Si la diferencia es de 3 puntos o menos? ¿Si la diferencia es de 4 a 7? ¿Si es más de 7?
Peña no la ve dura, sino tupida. Él y su equipo saben que WikiLeaks y The Guardian no le ayudan en lo mínimo. Encima tiene al movimiento #YoSoy132 y la pesada historia del PRI en México.
Será una elección cerrada, como de velocistas olímpicos. Sólo espero que el país no enloquezca más de lo que ya está. Nos queda una quincena para las votaciones. ¡Madres!
Lo escribió León Krauze y lo retomo:
“Dos punteros y una silla. Uno de los dos vive una fantasía”.
Si no están organizando el robo de urnas o vendiendo credenciales de elector en 500 pesos, los espero en Twitter:
@RodolfoZapata