Y aquí estamos de vuelta… ante la magia e inmediatez de las canciones, ¿acaso necesitamos algo más?: El peor verano de la historia / La pesadilla es la calma / No hay promesas de futuro / Quemamos miles de etapas / Libros de autores muertos / Quieren dejarte una marca / Libertades que te abruman / Mientras destruyen tu casa. La banda argentina Bubis Vayins suelta “La flecha envenenada” y se deja ir con todo un flow sobre el estado reciente de las cosas en su entorno cercano.
“La flecha envenenada” es un reflejo de la actualidad argentina con todas sus contradicciones y posee un sonido de indie rock con sintetizadores que aquí apela al flujo de las palabras para soltar frases sueltas que casi queman: Mi cuerpo es mi templo / Y lo destruyo si quiero… y luego llega un melodía suave que lo envuelve todo y hace lugar a las guitarras.
Desde Rosario, Bubis Vayins está conformada por dos guitarras y voces (Maru y Nico); Yuya en los sintetizadores; batería a cargo de Calo y Pablo en el bajo; todavía son muy jóvenes, pero eso podría resultar engañoso, porque ya van en su cuarto álbum al que han titulado muy simbólicamente Fantasías de violencia.
Todavía me siento sacudido por “La flecha envenenada”, cuando regreso a “Siglo Xxi” en la que se acumula una maraña guitarrera y el ritmo es lento; Siglo XXI / Antropoceno / Radiactivo y una vida online / Bailo, gesticulo en la góndola del súper / y empiezo a correr con vos. Los chicos de Bubis Vayins retoman cierto existencialismo para nutrir sus canciones…. No les queda sino ser escépticos y cínicos e irse acomodando a los acontecimientos; no me sorprende pues que a propósito de “Siglo Xxi” hayan declarado: “Frente a la construcción de un mundo humano nuevo que nos separa, queremos derribar los muros individuales”.
Fantasías de violencia viene a suceder a Las presencias (2020) y tiene como antecedentes a Siempre veo algo en la oscuridad (2018) y Salir (2019); es decir, Bubis Vayins tienen suficiente rodaje y es por ello que la parte musical está resuelta con suficiencia y ello permite que pueda apreciarse todo ese discurso de urgencia concentrado en 7 canciones y un breve interludio. Ellos aprovechan “Duraznos mohosos” -que casi alcanza los 2 minutos- para resaltar que todo mundo los ve como medio freaks; allí hay un manifiesto con sentido del humor que se encuentra en medio de dos muy buenas canciones: “Nadie quiere sentir nada” y “Todavía estoy despierto”, un cierre formidable para el disco y en el que suena la frase: Vamos a un lugar peor.
Antes de todo ello, ya hemos pasado por “Los carritos” -elegido como sencillo-, tema que se da tiempo para referirse a una “vida de mentira” y al deseo de contarse “secretos sucios”; lo que al final, no hace sino señalar a la amistad como una estrategia de sobrevivencia ante la podredumbre de “todo lo demás”. Bubis Vayins… amantes del indie, retengan ese nombre.
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