Cada vez se habla más de sociedades secretas de todo tipo… circula información acerca de cofradías con los más diversos intereses y pretensiones; las hay religiosas, políticas, eróticas y mucho más, pero hago votos porque también existan en torno a la música y así se pueda preservar a músicos de culto como Bill Callahan.
Se trata de un tipo que tiene una imagen recia -quizá hasta hosca- que se ha volcado sobre un indie folk oscuro que no desconoce de los secretos del rock lento; si alguien ha entendido bien el sentido del low-fi es este singer-songwriter nacido en Maryland, durante 1966. Él es una especie de juglar oscuro que aplica un peculiar sentido del humor a sus canciones.
Posee una vasta obra que requería también de un álbum en vivo, y a eso es lo que se ha abocado con Resuscitate!, en el que se acompaña de una banda de apoyo, conformada por el baterista Jim White, la guitarra de Matt Kinsey y el saxo tenor de Dustin Laurenzi, más algunos invitados.
El disco se grabó el 6 de marzo de 2023 en la sala Thalia Hall de Chicago y está conformado por 10 canciones que provienen mayormente de su faceta como solista y que abarca más de los últimos 20 años; de sus comienzos cuando todavía se daba a conocer como Smog únicamente retoma “Keep some steady friends around”, procedente de Rain on Lens (2001).
De entrada, debemos destacar “Coyotes”, que alarga su duración original al doble para sobrepasar ahora los 12 minutos, además de “Drover”, que agrega una maraña de polvo eléctrico que le suma mucho punch y en la que resalta también su registro de barítono; esta joya procede del Apocalypse del 2011.
Entre los invitados especiales se encuentran Nick Mazzarella (saxo alto) y Pascal Kerong’A (voz) presentes en “Naked souls”, el piano de Nathaniel Ballinger en “Planets”; pero la mejor parte la aportan Joshua Abrams, tocando el guimbri -una especie de laúd african, y Lisa Alvarado en el armonio para hacer de “Natural information” un prodigio.
Bill Callahan varía la intensidad de las piezas… unas veces más acústico, en otras, bien pertrechado detrás de austeros arreglos -tal como le gusta-, pero en todo momento mostrando el enorme artista que es… alguien que puede pasar del rock rocoso a partículas de frejazz y al instante siguiente evocar a Johnny Cash.
He aquí una decena de canciones inflamadas, llenas de poesía de carretera secundaria; recuerdos de tabernas pérdidas y parajes desérticos; he aquí un delicioso acercamiento a una decena de canciones que: “mutaban más rápido de lo habitual”, según lo dicho por el líder de un culto musical lóbrego, nostálgico y fascinante… que sesionó en un legendario lugar de “La ciudad de los vientos” para maravillar a sus seguidores.
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