Alltar es un quinteto estadounidense, oriundo de Portland, Oregon, que toca una mezcla poderosa de Doom y Sludge, y para matar el tiempo ,mientras llega su nuevo disco de estudio, ha editado un álbum en vivo de su presentación, en marzo pasado, en el festival Ceremony of Sludge. Ni el festival ni la banda son de alcances masivos, pero es justamente el punto, el metal necesita la base subterránea para sobrevivir.
TXT: Luis Jasso
Alltar es un quinteto integrado por la formación cládica con dos guitarras, bajo, batería y voz, aunque también cuentan con toques de sintetizador Moog y sampleos (ojo, son sobre todo atmósferas, nada electrónico), lo cual los provee de un sonido propio. Debutaron discográficamente apenas el año pasado con Hallowed, un Ep de cuatro temas que aún así suma casi 36 minutos de música, y logró excelentes comentarios.
En su reseña, el destacado sitio Doomed and Stoned escribió que se trataba de un disco épico. “En el sentido de grandiosidad, pero no el sentido rimbombante, con capas de profundidad emocional y una buena dosis de atmósferas sustentadas en el Doom.
No es el tipo de banda que escribe con la idea de lograr el riff pegajoso o el redoble apantallante de batería.
No es algo que te llevará a hacer mosh, es más bien algo que absorberá tu alma y tu cuerpo”.
Y ciertamente es ese tipo de Doom al que hay que tenerle paciencia, es el tipo de banda para la que se necesita el gusto adquirido por el género, pero que recompensa la espera con un concepto bien trabajado y ofrecido.
El nuevo disco de Alltar se editará el 21 de febrero próximo en un sello relativamente nuevo llamado Monochord Records. Con suerte, su llegada será el intermedio entre nuevas presentaciones y su segundo material en estudio, aunque como van las cosas, podría convertirse en una especie de recordatorio de cómo era el mundo cuando existían los conciertos en vivo.
