La música de Air contrasta con el resto las producciones heredadas por ese oleaje llamado french touch, de tendencia más electrónica y bailable, ya que, por poner un ejemplo discográfico, Moon safari crea ambientes combinando instrumentos acústicos y sintetizadores análogos.

Sin embargo, Moon safari es considerada una piedra angular, precisamente, si de french touch se habla, ya que es un disco que definió los contornos de un estilo musical singular:, poseedor de una tendencia pop sintética, elegante, con voces robotizadas que nos transportan a un viaje cinematográfico.
No pudo haber mejor lugar para un concierto de de Jean-Benoît Dunckel y Nicolas Godin, con dicho álbum como faro, que la Filarmónica de París. El sitio cuenta con una de las mejores acústicas del mundo y, además, por fuera parece una nave espacial extraterrestre y por dentro, con su arquitectura minimalista entre contornos blancos, presume una estética que envuelve, como las capas de la concha de caracol. Todo para dar un viaje musical.

La piel se engallina al escuchar el sonido del mar y los bongos que aumentan gradualmente hasta que llega el bajo y los sintetizadores para introducirnos a un universo lunar en la primera canción, “La femme d’argent“, seguida del éxito “Sexy boy“. Viajamos luego a las estrellas con “Kelly watch the stars” y así seguimos hasta el final del mencionado álbum, para concluir la excursión con “Le voyage de Pénélope“, esperando a Odiseo (o todo lo contrario).

Cuarenta y cuatro minutos de música sin parar. Luego, después de una pausa, la dupla de músicos regresa dos veces, dándole con todo a sintetizadores, guitarras, bajo y batería. La pareja ejecuta casi todos sus éxitos, destacando en particular “Playground love“, de la banda sonora de la película Virgin suicides, de Sofia Coppola.
Para los que quieran vivir esta experiencia, México será la sede del cierre de la gira que celebra Moon safari. La cita será en el Festival Hipnosis el próximo 2 de noviembre.

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