Sábado 16 de abril de 2022 será el día en que suceda el primer Acapulco Black Fest. Se trata de un concierto organizado por Reanimation Prods y Black Order Cult en el cual se presentarán siete bandas nacionales que desarrollan diferentes estilos de black y death metal.
TXT:: Luis Jasso
La tarde noche comenzará con el trío deathmetalero local Umenneske, fundado apenas en 2017 y con un EP en su historia. Después se presentará el dueto jalisciense Warmageddon, ya con once años en la escena, firmado por el sello Infinito Envenenado. Seguirán los sinaloenses Old Serpent, veteranos de la escena que desde 2007 se presentaban con el nombre Serpientes Antiguas y que cambiaron su apelativo a partir del 2018. Ya casi en el cambio entre la tarde y la noche tocará turno a los tijuanenses Black Blasphemy, seguidos de los irapuatenses Opposite Devotion.
Las dos bandas que cierran la noche, con anuncio de sets de una hora por banda son los legendarios capitalinos Black Hate, con casi catorce años de carrera y cinco discos de larga duración (el más reciente Altalith, editado por el sello italiano Dusktone), ocho splits y un par de EP’s; y Ash Nazg Búrz, banda también capitalina con seis años de carrera y una marcada tendencia a explorar los universos de J.R.R. Tolkien por medio del black metal.
El concierto se llevará a cabo el Yopes Hotel y ofrecerá la oportunidad de acampar. Un festival atípico, en primer lugar porque el black metal nacional es realmente subterráneo y si bien cuenta con un nicho establecido, suele carecer de apoyo. En segundo lugar porque las bandas blackers suelen aparecer esparcidas en carteles de todo tipo, pero pocas veces se juntan bajo el manto temático de una oferta como la del Black Fest. Y en tercer lugar porque Acapulco es una sede atípica. Nada de eso es malo en sí mismo, es la forma en que se ha desarrollado y consolidado el género y ahora tendrá un escenario de buen calibre para mostrarse.
Sacar un fest del centro del país, y sobre todo de la capital, hace que de entrada las bandas del interior de la República no participen en formato “provincia” sino como iguales (la necedad de verlas como bandas de fuera sucede predominantemente en la CDMX). Así, el Black Fest se muestra como una brillante oportunidad para conocer bandas y ratificar las filias sonoras que se crean desde la ultratumba.
