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¿A qué suena Toy, el álbum perdido de David Bowie?

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¿A qué suena Toy, el álbum perdido de David Bowie?
Ambulante 2024

En el mes de junio del coyuntural e histórico año 2000, David Bowie se presentó en el Festival de Glastonbury, con una alineación que tenía al guitarrista Earl Slick, a la magnífica bajista Gail Ann Dorsey y Mike Garson, detrás de un viejo Fender Rhodes. ¡Un tándem de lujo!

TXT:: Juan Carlos Hidalgo

Un par de meses después, el 15 de agosto, nacía en Nueva York Alexandria Zahra Jones, la primera hija de David Bowie y con la que eran padre por segunda vez (años atrás había tenido a Duncan). La niña era hija de Imán, la top model con la que Bowie estaba casado y que era un influjo en su vida.

Este par de acontecimientos tan poderosos le llevaron a plantearse diversos aspectos de su carrera; los derechos y registros de su obra estaban muy mal…  David Bowie apenas existió a partir de 1969 y el álbum Space Oddity, pero no contaba con la parte legal de su lado. Además de que el programa Strorytellers, que había grabado un año antes le hizo acordarse de algunos temas de sus primeros años y cierto sonido muy peculiar, al que quería regresar y hacer tomas nuevas.

Entonces se propuso entrar con urgencia a grabar un disco; Toy jugueteaba -nunca mejor dicho- con ese aspecto infantil y una especie de regalo para la recién nacida; la niña representaba el futuro y David Bowie quería asomarse a su pasado. Así fue que casi con la alineación del Glastonbury y con la ayuda en la pre-producción de la violinista Lisa Germano, el grupo de músicos entraron al estudio Sear Sound en octubre del mentado año 2000.

Resultó que el estudio antes era el Hit Factory y que allí había grabado Lennon el Double Fantasy veinte años atrás; a Bowie no le gustó la coincidencia, pero se puso a por la labor.

Toy fue grabado en tan sólo nueve días de ese octubre y abre con “Uncle Floyd”, que remite a la parte más histriónica de David Bowie… es casi como un monólogo escénico que en la parte final se enciende como una power ballad y agrega dramatismo vocal. El personaje del Tío es una mezcla entre un presentador de la TV americana y otro personaje llamado Uncle Arthur, que procedía de su primer disco.

Y luego viene “Afraid”, que suena muy actual -como la inmensa mayoría de la música de Bowie-, es una canción rock en la que destaca el sonido de una guitarra acústica en compañía de un sintetizador. Uno pudiera pensar que se grabó hace muy poco, cuando David quisiera retomar ese sonido clásico y apartarse del sonido denso, jazzy y Avant garde de sus últimos discos, ya al borde la muerte.

Es preciso decir que esta versión de Toy quedó conformada por 14 canciones, que ahora aparecen como un conjunto con un orden establecido, y para escucharse de corrido, pero lo cierto es que fueron repartidas como lados B en sencillos posteriores y un par de ellas renombradas y retrabajadas para el disco Heathen del 2002.

Se dice que únicamente tres piezas han permanecido realmente inéditas a la fecha: “I dig everything”, “Let me sleep beside you” y “Hole in the ground”. Precisamente, “Let me sleep beside you”, marcada por un riff de guitarra, arranca como esos medios tiempos que le gustaba ceder a Iggy Pop y hasta tiene parecido en la parte vocal, que tiende a hacerse grave.

Por su parte, “Hole in the ground” -muy rockera- es un homenaje a Anthony Newly, el compositor de la música de la primera película de Willy Wonka y la fábrica de chocolates.

Tras de la escucha de la versión oficial de Toy (ya que hay que apuntar que una versión pirata comenzó a circular en 2011, pero no es lo mismo), me quedó con la potencia y el brillo de “In the heat of the morning”, que es directa y contundente, además de hacer lucir a la banda de acompañamiento, además de “You´ve got a habit of leaving”, cuya melodía nos remonta a los momentos felices de “Modern love” y “Lets dance”.

Toy será parte de Brilliant adventure (1992-2001)  una caja conformada por 18 vinilos y cuyo precio al día de hoy se antoja un reto casi insuperable, mientras tanto habremos de celebrar que ya se pueda escuchar como se debe un disco que se quedó 20 años, tal como fue concebido, en el limbo, tras de que David Bowie y EMI tuvieran un fuerte encontronazo, que supuso la partida del músico para crear su propio espacio de publicación de música.

Mientras tanto la galaxia Bowie se sigue expandiendo y sonando más vibrante que nunca.

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Juan Carlos Hidalgo

Juan Carlos Hidalgo

Embajador de Tuzolandia por el mundo. Su novela más reciente es 'Ya no más canciones de amor' (Ed. Gato Blanco). En Marvin, coordina las colecciones 'Rock para leer' y 'Tinta sonora'. Forma parte de la Red de Periodistas Musicales de Iberoamérica (REDPEM). Su libro más reciente se titula 'Una ópera egipcia', poemario a partir de un álbum de Los Planetas.

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