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114:: MIA :: The September Issue

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Ambulante 2024

Carta Editorial

 

La necesidad de expresión del hombre es irrefrenable. Ésta siempre ha cavado su camino en la sociedad, incluso en los contextos históricos más desafortunados o represivos. De entrada, la encontramos en el lenguaje, máxima arma en la batalla que es comunicarnos con el otro, pero se extiende a prácticamente todo lo que la humanidad ha tocado o construido. Y sí, también a lo que usamos para protegernos de la inclemencia bíblica de la desnudez humana. La ropa, como casi todo en esta sociedad postmoderna (sino ya hiperrealista) no es sólo tela, puntadas y cortes. Desde hace un buen rato, la ropa (el objeto) ha tenido que sobrellevar la pesada carga connotativa que la moda (el concepto) ha puesto en ella. Pero lo anterior no es algo necesariamente malo y más que eso, es inevitable. La moda al perder algo de su materialidad abre la puerta al arte. Sin embargo, aún tiene una mala reputación en la conciencia colectiva, siendo relegada a los planos superficiales de la apariencia o el estatus, en los que se deja de lado el potencial estético y de expresión que posee. Es precisamente, en su cualidad artística y conceptual donde la expresión humana encuentra su nicho, en donde diseñadores toman al cuerpo como lienzo y construyen esculturas prácticas y movibles, que reflejan tanto al que las porta como al que las concibe. Y si bien se trata de una abrumadora industria de ilusiones capitalistas, que dañan y merman al autoestima colectivo al decirnos que no tenemos suficiente y por ende, que no somos suficiente, en esta edición de Marvin decidimos dedicarle cada página a la moda como concepto, más que como industria. Pero claro, no sin pasar la oportunidad de tirarle tierra a uno de sus más famosos teóricos (sí, te estoy hablando a ti Lipovetsky) o aquellos que piensan que consumirla es más vano que, digamos, consumir arte contemporáneo (sí, les estoy hablando a ustedes, groupies de Damien Hirst). Y claro, siendo éste el tema de nuestra edición, qué mejor que tener en portada a la artista conocida como MIA, cuyo nuevo disco viene fashionably late desde hace unos meses. Pero a todo esto, ¿por qué Marvin, de buenas a primeras, decide hablar de moda? La respuesta tiene su origen en la frase que la abuelita de todos nos decía: “De la moda, lo que te ha acomoda”. En nuestro caso lo que nos acomodó fue el mes de septiembre, de ahí el nombre de nuestra edición, así como el de las miles y miles de revistas especializadas en moda que en este mes tienen su mejor, más gordo y caro ejemplar del año. Esto se debe a que en el mes patrio, las marcas de ropa y cadenas de tiendas renuevan todas las pautas comerciales, por aquello del lanzamiento de las temporadas de otoño-invierno (las de mayor venta y ganancias). Aunque Marvin en esta ocasión no goza de las 840 páginas que la edición de Vogue imprimió en 2007, proceso que se grabó para el documental “The September Issue”, sí está de buen grosor, que al final es lo que importa, ¿no es cierto chicas? 😉 En esta nota, con una buena dosis de albur, me gustaría tomar un momento para analizar exactamente lo que significa imprimir una revista, independientemente del número de páginas que contenga. Como saben, hay esta nueva cosa llamada Internet. Bueno, con ella todos los medios y sistemas convencionales de comunicar cambiaron, y aquellos que no han sabido adaptarse, poco a poco han ido desapareciendo. En el caso de los medios impresos esto cada vez es más común, y es que crear una revista va mucho más allá del contenido, la tina o del papel; es un largo proceso que involucra a miles de personas, desde redacción, imprenta y distribución. Para ser sustentable, nosotros, Marvin, decidimos darles un contenido profundo, de calidad y perdurable. Es por esto, también, que tenemos nuestra web que funciona a partir de las ventajas que Internet provee, mientras que la versión impresa se crea con la intención de obtener un objeto coleccionable capaz, en la medida de lo posible, de sortear el peso de la inmediatez digital. Pero claro, nada de lo anterior funcionaría sin ustedes, queridos lectores, que mes con mes compran y consumen Marvin. De modo que tomo esta oportunidad para agradecerles y decirles (pues creo que no lo hago lo suficiente) que los queremos lectores. Los queremos.[m]

 

~Jimena Gómez Alarcón

 

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